En la década de los 1960 el célebre ingeniero industrial Shigeo Shingo revolucionó los procesos de fabricación de Toyota, y fue allí donde creó uno de los términos que se acabarían aplicando a muchos otros campos: el concepto poka-yoke, que básicamente se aplica para indicar que un objeto es “a prueba de tontos“.
La idea de ese concepto es la diseñar herramientas y productos que ayuden al usuario a evitar (yokeru) errores (poka), y precisamente los conectores USB convencionales, considerados durante mucho tiempo como un buen ejemplo de ese diseño —solo se podían conectar de una manera— acabaron siendo criticados por esa propiedad. Afortunadamente llegó el USB-C, el verdadero conector para tontos.
Por fin tenemos un conector USB a prueba de tontos
Así es: el USB-A es un conector rectangular que parece evitar cualquier equívoco a la hora de conectarlo, pero en realidad todos sabemos que hay una forma correcta de conectarlo y otra incorrecta.